jueves, 8 de mayo de 2008

Carta a Rachel


"Boston, 15 de Febrero de 2001

Querida Rachel,

A pasado ya un tiempo desde la última vez que nos vimos; años, si mal no recuerdo. Amy dice que te hará llegar esta carta tan pronto como se lo diga; parece que sigue teniendo buenos contactos... o contacto contigo, no se exactamente lo que me quiso decir... Pero bueno, vayamos al grano; desde nuestro pequeño incidente no he vuelto a tener noticias tuyas, sé que lo que hice estuvo mal, y jamás podrás perdonarmelo, de hecho no quiero que me lo perdones ya que una persona como tú, no merece vivir con un peso tan grande a sus espaldas. De todas formas quiero decirte que todo lo que hemos vivido juntos, todas esas tardes paseando por el parque, riendonos de todo cuanto se nos cruzaba por el camino; todos esos besos a escondidas de tus vecinos, las caricias, las miradas perdidas, las sonrisas complacientes al final de la noche, a la luz de tu pequeña lámpara... Todo ha dejado una huella muy grande en mi corazón; y no quisiera por nada en el mundo quitarla de ahí.
Ella me acompaña allá dónde voy, porque a pesar de todo, todavía me sigue persiguiendo y siempre hace que todo me recuerde a tí. Y resulta gracioso que lo mencione porque ya en su momento te lo comentaba. Recuerdo que entre risas me contabas las batallitas con tu hermana, de lo celosa que se puso cuando nació nuestra pequeña y de lo inútil que era Mike en la cama con ella.
Podría enumerar cada recuerdo que vive en mi mente, pero el espacio de tiempo del que dispongo es muy corto. Ahora tan sólo vivo en el olvido, caído en un pozo negro del que no soy capaz de salir; miro hacía arriba pero nunca hay nadie. Me paso las horas muertas, sentado en el sofá observando cada grieta del techo, cada agujero que vive en la pared; pensando en tí. Sí, te hecho de menos.

Puede que mi carta te parezca lo contrario, pero no pretendo para nada darte lástima, ni te estoy pidiendo que vuelvas; si una cosa tengo claro es que cada uno ha de vivir con lo que se merece, con lo que se ha ganado a pulso y no con la generosidad de los demás, eso sería, pues, egoísta y desconsiderado.

Simplemente me gustaría saber que todo te va bien, y que la pequeña, que ahora ya estará más grande, haya crecido sana y sin problemas. ¿Sigue siendo un terremoto? Dile de mi parte que su "papi" nunca le olvidará... Ni a ella ni a su madre, mi gran amor.

Un beso muy grande para las dos, atentamente,

Andy Hicks"

Amy miró a Rachel fijamente, está se hallaba sumergida en el papel, nadando entre los recuerdos que aquellas palabras escritas le habían hecho aparecer. Esbozó una pequeña sonrisa para luego arrancar a llorar. Amy se acercó y la agarró por los hombros, apretandola contra sí para consolarla. Ya no había tiempo para perdonar nada; ni tan siquiera una última visita. Amy mirando al cielo dijo susurrando:

- Ahora ya respirará tranquilo, dónde quiera que este.




Fragmento de Vistas al mar.

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