viernes, 10 de septiembre de 2010

Cuando el perdón es un olvido forzado

Como bien diria alquien que yo me se; "Yo no lo aguantaría, vamos ni un tercio de eso"; pero, ¿que cabe esperar de alguién que jamás a estado en la misma situación?. Y es que todo este tema me crea mucha confusión. ¿He de perdonar? ¿He de olvidar?, o acaso, ¿He de perdonar y olvidar?, porque a fin de cuentas, perdonar algo es dejarlo pasar, olvidarlo, hacer como que no ha pasado nada. Para mí es un olvido forzado... Y digo forzado por no decir falso, porque aunque no se quiera, el rencor vuelve; sí, se va, pero va y viene. Como ese amigo que ves de vez en cuando, siempre acabas volviendolo a ver; y lo malo es que perdonas; sabes que lo perdonas, pero ocasionalmente te invade esa asquerosa sensación que desearías despojarte de ella para siempre, porque a fin de cuentas, tanto el amor como la amistad ha de prevalecer sobre lo demás pero, ¿hasta que punto?. ¿A partir de cuándo eres el tonto o el pardillo? No lo sé.

Sólo se que no puedo evitar, ocasionalmente, sentirme humillado y traicionado.

1 comentario:

José Luis dijo...

El ex-ministro y ex-defensor del pueblo Enrique Múgica dijo, cuando ETA asesinó a su hermano a principios de los 90, una frase que ha pasado a la historia de la lucha contra el terrorismo: "Yo, a diferencia de otros, ni perdono, ni olvido."

Esa frase, comprensible desde el punto de vista de alguien que acaba de perder a un ser querido de esa manera, resultaba especialmente dura para lo que estabamos acostumbrados a oír, y así fue portada en periódicos y telediarios.

Siempre he pensado que la frase encierra más inteligencia de la que aparenta, por eso te digo: ni perdones, ni olvides. ¿Quiere decir eso que tengas que llenarte de odio y rencor? No. ¿Quiere decir eso que tienes que liarte a hostias con quien te ha hecho daño? No. Pero como dijo un filósofo español, Jorge Santayana, "Aquel que no recuerda su pasado está condenado a repetirlo". Y hay cosas que es preferible no repetir. Así que si perdonas y olvidas, en el sentido de una ignorancia voluntaria, estás ignorando un pedacito de sabiduría que la vida te ha enseñado. Un pedacito de sabiduría que te puede evitar un mal trago en el futuro, a tropezar dos veces con la misma piedra. Como puse hace unos días en el Facebook, "Me gusta aprender de los errores, por eso estoy continuamente estudiando los errores de los demás". Aprendamos no sólo de nuestros errores, de nuestros momentos duros, sino también de los errores de los demás.

Así que, vive a gusto, sé feliz... pero ni perdones, ni olvides.

Un abrazo, Ximo!