lunes, 30 de marzo de 2009

Despertar... Un buen día de lluvia

Un buen día de lluvia es aquel con el que despiertas, temprano, con el la música del despertador sonando. Abres los ojos, y entrecortadamente, a través de tus perezosos párpados observas la ventana; la persiana está a medio subir, o a medio bajar según como te encuentres. Miras fijamente y ves que en lugar del azulado cielo, que de costumbre ves, está gris. Un gris que te saluda, que te da los buenos días con el sonido de la lluvia. Un repiqueteo constante y relajante, te dan más ganas de quedarte en la cama, acurrucado envuelto en el manto de sábanas entre los que has pasado las últimas horas... Pero es hora de levantarse. Todavía sentado en la cama, te frotas los ojos, estiras la mano para encontrar algo con lo vestirte rápidamente. Sientes que hace frío. Sales de la habitación, te diriges a la cocina, abres la nevera e impovisas un ligero desayuno. Miras de soslayo el termo, ayer te lo debiste de dejar encendido, pues la llama continúa viva; atenta, esperando a explotar... Acabas comiendo más deprisa de lo que esperas y aún con la boca llena te diriges al cuarto de baño para ducharte. La ducha es rápida pero placentera, dejas caer levemente el agua por encima de tu cabeza y dejas que caiga al suelo. Permeneces un instante así, como si tratases que tu cuerpo memorizase ese momento; pero ya toca de salir de la bañera. Dudas un instante al abrir la cortina, la abres, y de nuevo sientes el frío que recorre tu casa en esos momentos. Estiras la mano para coger la toalla que descansa colgada del perchero. Te secas rápidamente el agua que se desliza por tu cuerpo, y aún mojado, te envuelves con ella. Miras la estufa y te maldices por no haberla puesto en marcha antes de entrar. Aún tiritando, te atreves a quitarte la toalla de encima, y continúas secandote. Minutos más tarde ya te hallas frente al espejo dándote los últimos toques a tu peinado, has de estar listo para tu trabajo, con una presentación casi impecable. Mientras te lavas los dientes te miras al espejo, y te das cuenta de lo mal que te queda el unifrome de trabajo; "¿porque nos tendrán que vestir como si fuesemos payasos?", te preguntas una y otra vez. Acabas y cojes el móvil, pulsas una tecla apra que se ilumine y miras por encima del "Pulse Desbolq. y luego *" y ves que apenas te quedan unos escasos 5 minutos para salir de casa. De nuevo te dirijes a la cocina, sacas de la nevera el bocadillo del almuerzo que habías preparado el día anterior, lo metes dentro de la mochila junto con algo de ropa para cambiarte después de trabajar, la cierras y sin olvidarte nada (llaves, móviles por si pasase algo, Mp3 para no aburrirte por el camino, y la cartera, que rara vez la llegas a utilizar pero siempre se lleva encima, y por supuesto, chaqueta y paraguas), sales de casa. En la calle abre el paraguas, ccruzas la calle y recorres durante ocho minutos el camino que ya te empiezas a cansar de recorrer durante seis días a la semana. Llegas puntual a la parada de autobús. Por suerte, el conductor ya está dentro y con las puertas abiertas, por lo que mientras llegas, te sacas la cartera y cojes el bono bus. Te sientas en el fondo del autobús a un par de filas antes del final, junto a la ventana y sacas el MP3. Absorto mirando por la ventana mientras la música gopetea en tus oidos, te das cuenta que ya has llegado. Pulsas el botón para solicitar parada y te bajas del autobus, nuevamente abriendo el paraguas. Los minutos que te cuesta entrar en tu trabajo los pasas mirando el suelo, como chapoteas el agua con cada paso que das, sintiendo la fría brisa que cuidadosamente apuñala tu cara. Accedes al estableciemiento, sin agua, sin paraguas, y sintiendo el calor artificial de la calefacción. Ejercitas tu mente y te preparas para las siguientes siete horas, en las que vas a tener que estar sonriendo y siendo amable aunque te entren ganas de matar al que tengas delante; pero eso no te preocupe, hoy es un buen día de lluvia y te quedará el repiqueteo del agua contra el techo del centro comercial.


Gracias,

Ángel

1 comentario:

eNehY dijo...

Aqui no puedo escuchar ese sonido de lluvia que tanto me gusta porque por encima de mi hay dos plantas mas, una lastima, pero hoy al salir de casa en lugar de resguardarme debajo del paragüas o de la parada del bus, me he quedado con las manos metidas en los bolsillos y dejando que el agua me despertara :)