viernes, 2 de enero de 2009

Introducción, Una de dioses.

Primeras páginas de nuestro libro:




Introducción – Una de Dioses


Quien no ha soñado nunca con tener un mundo propio; con contemplarlo y ver como, tras muchos miles de años, todos sus habitantes han ido evolucionando hasta ser lo que son ahora. Poder conocer y saber todo lo que ha ocurrido, todas sus historias, todas sus guerras, todos sus descubrimientos… Pero lo más importante es sin duda, tener poder para controlarlo; para decidir realmente como y cuando va a suceder cualquier cosa, cualquier acontecimiento, por pequeño o grande que sea.

Ese es mi legado…

Imagina un mundo, paralelo al que se conoce, un cosmos a parte que se divide en varios planos, cada uno gobernado por un dios, llamados planos deidales. Hay uno para cada uno, y si se diese el caso de que naciese otro dios, fruto de la desesperación de algún creyente que busca un dios que le ayude, se crearia otro para ese cometido; imagina este como un cosmos infinito sin limites.

Este cosmos soy yo…

…y acojo en mí a todos los dioses que el precioso y basto mundo de Noah, necesita. Unos nacen y otros mueren; no de viejos como los seres de carne y hueso, sino porque se debilitan, a causa de que pierden todos sus creyentes. Cuando ya nadie reza por ellos, desaparecen sin dejar rastro. Otros mueren porque han confiado en alguien equivocado, han elegido mal a su enviado, a su Saidim, como se les conoce, y este ha acabado eliminando a su Dios.

Actualmente en mí, residen muchos dioses, partiendo de Arkamt Marhender, el dios supremo. Él abarca todos los poderes y gobierna sobre el resto de los dioses. Nadie se atreve a cuestionar sus decisiones. Después tenemos dioses para todos; la gran y fuerte Edimnia, la diosa amazona; el afeminado pero no menos fiero, Erimtol, dios de las estrellas; el basto y horripilante Norkneim, dios de los orcos; la bella y seductora Amila, diosa de las Ninfas y de la naturaleza; el orgulloso Jeladhil, dios de los escurridizos elfos; el apuesto Treems, que dedica su vida a cuidar de los bosques; el tozudo Xarpoom, dios de los enanos; el temible Zalem, dios de la oscuridad y los malos actos; el coqueto y bello Garam, dios del cielo; la desvaneciente Cyr, diosa de la tierra; la más pecadora, Penaik, diosa de la fertilidad; el brillante Athnak, dios de la luz; el desordenado Athin, dios del caos; el flamante Ignis, dios del fuego; el más fuerte y sangriento, Patros, dios de la guerra; el malhumorado Talas, dios de las aguas; el silbante Marskim, dios de los vientos; y por último, el bonachón de Teras, dios de la curación. Todos ellos forman la Liga de los Dioses y gracias a ellos; cada continente de Noah, respira en paz, pero al igual que no es bueno que domine el mal; tampoco lo es que lo haga el bien asi que en momentos como este….

…es cuando decido causar un equilibrio en la balanza del bien y del mal.


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